martes, 21 de junio de 2016

La 49 edición del Rallye de Ourense narrada por Cándido González

A continuación os dejamos la crónica que nos ha realizado Cándido Gónzalez al detalle de como ha visto y vivido la 49 edición del Rallye de Ourense y además también cuenta por que no volverá a correr este rallye tan mítico como lo es el Rallye de Ourense.

Foto: S.PhotoGraphy
Siempre oyera hablar de la dureza del Rallye de Ourense, que era una prueba de resistencia más que de velocidad, con tramos míticos, y entre ellos el Cañón do Sil, famoso y conocido por todos.
Desde hace tiempo teníamos ganas de correr esta prueba, pero su cercanía con el Rías Baixas lo hacía casi imposible, por otro lado, yo llevo muy mal el calor, y Ourense… es Ourense. Así que aun a riesgo de no acabar por resistencia física, nos animamos a participar y quitarnos esa espinita que teníamos clavada.

Susto pre-rallye. El susto vino a lo hora de verificar. Con un coche moderno, montado de carreras en fábrica, no te imaginas que puedas tener problemas a la hora de verificar, pues sí. La normativa cambió el año pasado, pero de estas cosas no hay comunicados oficiales (para publicidad y chorradas sí), y nos dicen que no podemos salir porque el cableado hacia la parte de atrás pasa por fuera del arco de seguridad y tenía que ir por dentro. Me cambió la cara, y me faltó nada para ponerme de rodillas a suplicar, pero ya vi que la respuesta iba a ser negativa. Llamada de urgencia para pedir algún consejo, coche a la asistencia, y empezamos a desmontar como locos, para volver a remontar en su sitio, pero por dentro de las barras y … prueba superada!! Ufff!! Menudo comienzo, nos fuimos a comer a las 4 y media de la tarde.

Tramo espectáculo. Lloviznaba por momentos, y nos decían que ese asfalto patinaba mucho, así que ruedas de seco y a pasear. Después del vuelco del Eurocidade teníamos claro que queríamos rodar y hacer kilómetros, aunque no fuera aprovechando el coche. Primer toque de atención, los tiempos de enlace son muy justos, y penalizamos por 5 segundos de retraso (nos encontramos un camión maniobrando y estuvimos un tiempo parados), por suerte reclamamos y nos quitaron los 10”. En el tramo vimos que sobre todo en curvas de izquierda patinaba mucho, pero dimos por supuesto que era por las ruedas de seco y el tipo de asfalto. Pasamos el trámite, y a dormir, que mañana será un día duro.

Foto: Dende A Cuneta
A Peroxa-1. Este es el tramo que menos nos gustaba porque patinaba muchísimo aunque fueras despacio, y tiene zonas muy estrechas donde era fácil liarla. Ya camino del tramo, el coche se iba mucho de atrás hacia ambos lados, aquí hay algo raro. Salimos con cuidado y vamos viendo que pasa. A mayores, había una variante que entrenamos mal, por lo que fuimos un tiempo “a la vista”. La primera sorpresa es que en apenas 12 kilómetros nos alcanza el coche siguiente (como iba ese hombre), luego nos enteramos que adelantó también al que iba delante nuestra, que por cierto, casi alcanzamos nosotros también. El tiempo fue muy malo, pero no nos importaba, queríamos rodar y volver a coger confianza en el coche, pero siendo tan nervioso de atrás, no era fácil.

Toén-1. La cosa ya mejoró mucho, nos empezamos a acostumbrar al deslizamiento trasero y a rodar un poco más rápido. Todavía vamos lentos, pero mejor que antes.

A Peroxa y Toén-2. Montamos ruedas de mojado, que son más blandas, para ver si mejora el deslizamiento, pero nada, sigue igual. En la segunda vuelta ya le perdemos el miedo a las derivas y empezamos a jugar con ellas. El puente trasero está muy rígido (pero arreglarlo requiere radial), así que hoy toca bailar. Como muestra, en A Peroxa bajamos 50 segundos (2” por kilómetro, una barbaridad) y así y todo el tiempo es regular hacia malo.

Tras el reagrupamiento para comer algo en Ourense, vamos a la asistencia y a por los 3 tramos de la tarde, por cierto, las asistencias muy justas, a nada que tengas que hacer … no llegas.
Esgos-1. Aunque los tiempos aun no son muy allá, vamos cogiendo ritmo y subiendo posiciones viendo cerca ya los cuarenta y tantos. Las derivas hasta nos parecen divertidas, aunque tenemos la sensación de que no somos eficaces.

Foto: Dende A Cuneta
Maceda-1. Este tramo tiene muchos cambios de ritmo, zonas muy estrechas, otras muy anchas, otras muy sucias … pero la que más me gustaba (Abel creo que no está de acuerdo), es la subida, totalmente llena de curvas rápidas y lentas pero con buen agarre. De hecho, al llegar a meta me dice “¿te dejaste algo en el fuego? Porque venías encendido por ahí arriba, (risas). El tiempo ya era aceptable, y eso que nos colamos en un cruce ciego (ponían las indicaciones justo en el cruce, pero en este estaba 2 metros más atrás, y casi la liamos).

Cañón-1. No voy a decir nada que no haya dicho del coche, seguía igual, y nosotros también, pero los 32 km del Cañón se me hicieron muy largos, muy duros, y muy calurosos. En casi todos los tramos acabo sudando, sobre todo cuando hace cierto calor, pero en este tramo me caían las gotas, de hecho, cerca de la meta se me metió una gota en un ojo que empezó a llorar, y no daba secado con el guante, así que los últimos 500 metros ya iba con el ojo cerrado, ¡qué horror! Antes de poder bajarme del coche tuve que beber y comer algo, llegué reventado (voy a tener que hacer algo más de ejercicio, risas).

En la última asistencia montamos una ruedas nuevas detrás de compuesto blando (eran para montar delante, pero al ser blandas igual no aguantaban), y vamos a seguir escalando puestos en los últimos tramos.

En Esgos-1 nos llevamos una sorpresa, con las ruedas nuevas no había deriva, así que le pisamos más, y más, y el coche seguía sobre raíles. En un tramo de 15 km bajamos ¡¡22 segundos!! … Vamos que ahora sí que es nuestro 500, a seguir dándole caña.
Maceda-2, salimos peor que antes en la zona de adoquines pero nos recomponemos, vamos a por todas y de repente, se nos enciende la bandera amarilla electrónica, es decir, tramo neutralizado y algún coche con problemas, seguimos sin pasar de 80 (bandera amarilla) hasta llegar al golpe, creo que no fue mucho pero quedó atascado entre dos muros. Una pena por el que se salió, y porque ya no podremos mejorar el tiempo, pero nos queda el cañón. Si en 15 km bajamos 22”, en los 32 km del Cañón … vamos!!!

Foto: A. Janeiro
Cañón-2. … lo neutralizan justo 2 coches antes de salir nosotros … se acabó el rali. Por eso decía lo del final agridulce. Acabamos Ourense en nuestra primera (y última) participación, felices y contentos porque aprendimos mucho, rodamos mucho y empezamos a encontrarnos con un coche que no es fácil de llevar (muchos caballos para estas manos, risas).

El rallye tiene bien merecida su fama de duro. No son más tramos que un Rías, pero al hacerlos todos en un sábado se hace muy duro, es como correr dos rallyes del gallego en un solo día.
Nos encantó el tramo del Cañón do Sil, no nos extraña su fama. Sin embargo, si no me quedaron ganas de volver fue por el agobio de andar todo el día a correr (no solo en los tramos). Asistencias cortas donde no puedes compartir tiempo con los tuyos, en los enlaces muchas veces superando los límites legales porque a nada que pares a quitar y poner cascos, ya no hay tiempo de hacer un pis, y nosotros corremos para pasarlo bien, no para pasarlo mal.

Un último detalle, cuando llegamos nosotros (nº 49) ya casi había acabado la entrega de premios, y yo creo que deberían esperar hasta el final. Por todo lo demás, un buen rallye, que no podemos decir que fuera perfecto porque empezamos demasiado flojos. Pero sí acabamos muy contentos.
En este rallye tenemos que dar especial gracias a las asistencias, que por todos los medios intentaron ablandar el puente trasero para que el coche fuera más conducible, y todo en tiempo récord porque no daba para más (recuerdo salir de una asistencia con un trozo de tortilla en la mano ;-)), porque eso es otra, el catering de primera como siempre.

Muchas gracias a todos los que estáis ahí, carrera tras carrera, siempre apoyando y animando, a la familia, a los amigos, y en esta ocasión quiero agradecer especialmente a todos los que estabais en Cañón do Sil, ya neutralizado, y animando y aplaudiendo cada vez que pasaba un coche, sois grandes, muy grandes. Gracias!



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